miércoles, 24 de marzo de 2010

De mucho más que puzzles

¿Qué ocurre cuando llevas mucho tiempo haciendo un puzzle al que de repente le faltan diez piezas, o cinco, o tal vez sólo tres...? ¿Qué pasa cuando ese inmenso puzzle se ha apropiado de casi las 24 horas de los últimos cinco años de tu vida?
¿Qué pasa cuando después de tanto esfuerzo y tantas ilusiones descubres que, ¡mierda!, faltan 10, o 5, o tal vez 3 insignificantes piezas?
Piezas que impiden que todo ese tiempo de un resultado sólido; piezas que impiden que termines tu deseado proyecto; piezas que tiran por la borda todas tus ilusiones, tus sueños...

"¿Y ahora qué?" ¿Qué interés tiene un puzzle sin terminar? ¿Es de valientes resignarse y decidirse a empezar otro puzzle? Un puzzle diferente, con otro olor, con otra forma, un puzzle nuevo.
¿Cómo es posible averiguar si estarán todas las piezas de ese nuevo puzzle? Es imposible contarlas...
Quizás estemos resignados a empezar y abandonar puzzles durante el resto de nuestras horas... O quizás tengamos que buscar esa forma de ocultar que a nuestro puzzle le faltan 10 piezas, o cinco, o 3. O simplemente no ocultarlo, quizás es más honesto enfrentarse al combate diciendo: "A MI PUZZLE LE FALTAN PIEZAS, ¿y QUÉ?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario